Tanto las pulseras como los brazaletes han estado presentes en la cultura de los humanos desde la antigüedad. Comenzando por la edad de Bronce, cuando las pulseras solían tener forma espiral o circular sencilla.
Antes de este punto, las pulseras estaban en su mayoría confeccionadas de oro y representaban el poder económico de quien las llevaba puestas. Se utilizaban como un símbolo que llevaban en la muñeca, se relacionaba con los astros e influía en las etapas de desarrollo de las personas.
En la cultura hindú era muy común que las mujeres utilizaran, múltiples ornamentos y accesorios, especialmente los brazos. Las hindúes llevaban los brazos totalmente cubiertos de pulseras y brazaletes. De hecho, todavía hoy, las pulseras siguen siendo muy importantes en la India, aunque su valor ha disminuido debido a la sobre explotación de los recursos. De hecho, para ellas se ha vuelto un símbolo tan importante, que las mujeres que se casan, deben llevar siempre una pulsera, como símbolo de su matrimonio.
Las pulseras se han encontrado también en momias del antiguo Egipto, en sepulturas de períodos prehistóricos y eran comunes entre los personajes del antiguo imperio Sirio. Los egipcios solían utilizarlas con forma cilíndrica y de dos piezas, que comenzaron a adornar con diferentes piedras incrustadas. Los fenicios, por otro lado, confeccionaban sus pulseras a manera de anillos, y estas quedaban abiertas o cerraban con cabezas de animales tallados.
Los griegos y romanos, solían dedicarse más a la escultura que a la confección de este tipo de accesorios. En general, los ornamentos que llevaban, eran pequeñas esculturas, que representaban diferentes figuras religiosas o mitológicas. Entre las más frecuentes, había escenas heroicas, podían tallarse en formas circulares o espirales, imitando serpientes y en las que también se incrustaban diferentes piedras y medallas.
En la actualidad, las pulseras que utilizamos ya no son tan primitivas. Esto se debe a la evolución de la tecnología, que nos ha permitido labrar en oro, plata y piedras cualquier cosa, desde una cruz, hasta animales, y un sin fin de objetos que utilizamos en nuestro día a día.
Esto, además de las creencias que existen alrededor de las piedras turquesas, convierte a las pulseras turquesas en una posesión muy valiosa para muchas personas.
Psicología del color
El turquesa es un color que se ubica entre el azul y el verde de la escala cromática. Por supuesto que al encontrarse en medio, toma parte de las características psicológicas que se le atribuyen a ambos colores. La tranquilidad que transmite el azul y el crecimiento que transmite el verde son solo algunos ejemplos de esto. El turquesa, además, transmite la misma energía que caracteriza al color amarillo. Esto convierte al turquesa en un color inspirador que fomenta la creatividad.
El turquesa está vinculado con la serenidad, se dice que ayuda a controlar las emociones y que ayuda a alcanzar la claridad mental. Se trata de un color que promueve la creatividad y la innovación, y al que se lo vincula con el mar. También se le asocia con el equilibrio y la estabilidad de las emociones. Además de estar relacionado con la introspección y el autoconocimiento.
¿Cómo combinar pulseras turquesas?
Existen varios tipos de combinación, entre estas las más importantes encontrarás las combinaciones por armonía, monocromáticas y por contraste. La forma en la que combines tus pulseras turquesas dependerá de lo mucho o poco que desees hacerlas destacar. Ya sabemos que una escala monocromática son varios tonos del mismo color, pero, ¿qué hay de las otras dos opciones? Pues bien:
- Decimos que una combinación de color es armónica cuando la integración de todos los colores produce una unidad que es grata a la vista, y que podría calificarse de equilibrada y serena.
- Por el contrario, hablaremos de contraste cuando la inserción de distintos colores le da a tu atuendo una percepción más dinámica y divertida.
Si decides combinar tus pulseras turquesas con colores armónicos, utilizaras colores que estén cerca del turquesa en la escala cromática, como lo son los colores fríos. Colores como el azul o el verde pueden verse muy bien con pulseras de color turquesa. También pueden verse bien con diferentes tonos de gris claro, blanco e incluso negro. Otro color que puede verse armonioso con el turquesa es el marrón, preferiblemente un marrón grisáceo. También puedes usar algunos estampados de colores parecidos a estos.
También tienes la opción de utilizar una escala monocromática, es decir, con distintos tonos de turquesa. Este tipo de atuendos son muy populares en las pasarelas y existen una serie de looks que pueden verse muy bien con esta paleta de colores turquesas. Si este estilo te llama la atención, puedes revisar nuestro sitio web y escoger las prendas y accesorios que más te gusten.
Si, por el contrario, decides que quieres combinarlo por contraste, la opción más popular es el rojo, pero también puedes usar un violeta oscuro o distintos tonos de amarillo e incluso salmón. Estas combinaciones harán que el color de tu pulsera destaque, pero ten en cuenta que para que estas combinaciones funcionen, es bueno tener varios accesorios del mismo color, dándole una sensación de armonía general a tu forma de vestir, aunque sean colores que de buenas a primeras parecieran no combinar.
Ten en cuenta que hay que tener cuidado con las combinaciones por contraste. Un contraste demasiado brusco entre dos o más colores puede producir lo que conocemos como desarmonía, y esto puede producir una paleta de colores que resulte desagradable al ojo humano. Esto aplica tanto para atuendos como para cualquier otra cosa en la que decidas usar una combinación por contraste.
Existen muchas formas de incorporar piedras turquesas, o el color turquesa a tu vida. Si quieres hacerlo, entonces no te limites, En Turquezas todo lo que puedes necesitar para hacerlo.