En la india esta piedra color turquesa era muy codiciadas por la realeza y personas que tenían alto rango en la sociedad, Y hasta el día de hoy podemos encontrar algunas de las construcciones de ese tiempo y notar que muchas de sus piezas de decoración son de piedra turquesa, hasta en el Taj Mahal puedes encontrar sectores que solo contienen estas piedras. Ellos se veían hechizados por el color brillante e intenso que tenía la piedra turquesa y la belleza que podía ofrecer a su palacio.

Ademas esta piedra con su hermoso color y predominación ante los ojos de los humanos ocasionó que fuese utilizada por civilizaciones como los aztecas para incluirlas en su día a día y hacerlas partes de varias celebraciones que ellos celebraban, como pueden ser las ceremonias o lugares impuestos para alabar a los dioses. Por la increíble potencia de fuerza que le dio a el universo, la turquesa funciona como un protector ante las malas energías y las maldiciones por los dioses castigadores.

Cuando los guardias o los que vigilaban en el terreno por las noches tenían un pedazo de turquesa cerca de ellos o en sus cuellos, esto hacía que los intrusos se fuesen reduciendo y que la fuerza positiva que maneja forme una fortalece en toda la ciudad o en todo un edificio de la época. Además de ayuda a sobrellevar las enfermedades graves y sin curar que se extendía por todas las tierras. Los persas solían reflejar la luz de luna sobre la turquesa para traer buena suerte en el pueblo.